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¿Microdosis de Psilocibina o de LSD?


La práctica de microdosis se ha vuelto muy popular en los últimos años, esta consiste en una dosis muy baja, casi imperceptible, de alguna sustancia psicoactiva.
Existen muchas sustancias psicodélicas, como pueden ser la psilocibina de los hongos alucinógenos, la mescalina del cactus de peyote, el DMT extraído de plantas o sapos, el ácido lisérgico (dietilamida de ácido lisérgico), mejor conocido como LSD, o el MDMA.  
Sin embargo, la microdosis de psilocibina y de LSD son las más comunes y estudiadas.

Todas estas sustancias psicoactivas son molecularmente muy parecidas entre sí y al mismo tiempo muy similares al neurotransmisor serotonina, que se encarga principalmente de regular nuestras emociones y estados de ánimo.
A pesar de que son muy parecidas, sus efectos son distintos entre cada una de ellas, aunque esta diferencia no es tan notoria durante una microdosis en comparación con una dosis completa.  

Debido a la ilegalidad de estas sustancias en múltiples partes del mundo, su estudio controlado aún presenta muchos retos, por lo que la mayoría de la información con la que se cuenta hoy en día es de reportes anecdóticos y de encuestas anónimas realizadas en distintos foros en internet. Aunque, desde esta última década, ya existen algunas instituciones reguladas realizando investigaciones al respecto.


Para qué hacer microdosis

En 2021 se reportaron los resultados de una encuesta ejecutada a través de la plataforma microdose.me  con 8703 personas participantes de 84 nacionalidades distintas.  El 46.5% de los participantes practicaban microdosis tanto de LSD como de psilocibina y el otro 53.5% era el grupo control sin microdosis. Ambos grupos contestaron una amplia encuesta con respecto a los motivos para hacer microdosis o no, su estado de salud mental, productividad y su experiencia con esta práctica.  

Dentro de las razones más comunes para hacer microdosis se encontraba la búsqueda de mindfulness, mejorar su estado de ánimo y/o bienestar emocional, así como mejorar sus capacidades cognitivas como la creatividad y el aprendizaje.  


No sé que sustancia escoger…

Curiosamente en el mismo estudio, el 85% de las personas hacían microdosis con psilocibina y tan solo un 11% hacía microdosis con LSD. Aunque hasta el momento no hay estudios concretos sobre las diferencias a un nivel neurológico entre el LSD o la psilocibina en la práctica de microdosis, existen varias anécdotas de personas que sí notan diferencias entre estas dos sustancias. 

Una posible explicación del porqué hay más participantes haciendo microdosis con hongos es quizás porque el LSD presenta un mayor nivel de complejidad para esta práctica por su ilegalidad y su naturaleza sintética.  Esto hace difícil conseguirlo y conocer su nivel de pureza, por lo que puede ser más sencillo y seguro hacer microdosis con hongos alucinógenos. 

Nuevamente, de forma anecdótica, el LSD parecería estar más relacionado con una experiencia para trabajar la creatividad, solución de problemas o de productividad, como lo reportan varios emprendedores en Silicon Valley.  

Por otro lado, la psilocibina parece estar más relacionada con trabajar procesos emocionales y de introspección, quizás por sus usos y antecedentes espirituales en Centro América. Sin embargo, ambas sustancias parecen mostrar resultados positivos para mejorar síntomas de ansiedad, depresión, ataques de pánico y otros desórdenes mentales, así como impulsar la creatividad y ayudar a la productividad.  

 

¿Placebo o medicina? 

Con la poca investigación seria con la que se cuenta hoy en día, los beneficios de las microdosis parecen no estar tan lejos del efecto placebo, por lo que muchas personas piensan que sus efectos son solo eso.
Aunque esto podría ser cierto, también se ha visto en escaneos de RMN como la psilocibina y el LSD sí activan ciertas áreas del cerebro, incluso en dosis muy bajas como lo son las microdosis, además se ha observado que los receptores de serotonina siguen siendo activados en estas bajas concentraciones.

Esto sugiere que quizás sí hay un efecto a nivel neurológico y, cómo es el objetivo de esta práctica, actúa de forma muy sutil y casi imperceptible. Además de que los efectos positivos de las microdosis son normalmente observados con el paso del tiempo y  también están muy relacionados con la intención y el trabajo personal que se realiza durante el ejercicio de esta práctica. 

Es claro que aún necesitamos más datos de estudios científicos para tener una conclusión certera, sin embargo, sí existe mucha evidencia anecdótica recaudada desde hace más de 40 años, entre otros por el investigador y psicólogo James Fadiman, con efectos muy positivos respecto a esta práctica y cada vez hay más personas que comparten esta misma experiencia y que apoyan la idea de su efecto real a diferencia de un placebo. 

Pero si aún te queda la duda, puedes probar por ti mismo nuestras microdosis de psilocibina aqui. El primer paso es que selecciones tu intención, dependiendo de lo que busques alcanzar con esta forma de medicina.


Referencias:

  1. Murray et. al. (2021). “Low doses of LSD reduce broadband oscillatory power and modulate event-related potentials in healthy adults” https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34613430/
  2. Hutten et.al. (2019). “Motives and Side-Effects of Microdosing With Psychedelics Among Users” https://academic.oup.com/ijnp/article/22/7/426/5509881?login=true
  3. Stamets et.al. (2021). “Adults who microdose psychedelics report health related motivations and lower levels of anxiety and depression compared to non-microdosershttps://www.nature.com/articles/s41598-021-01811-4
  4. Bershad et.al. (2022).“Preliminary report on the effects of a low dose of LSD on resting state amygdalar functional connectivity” https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7150630/